HISTORIA DE CA.N.E.A ENTREGADA POR JUAN CORESTEIN


HISTORIA DE CA.N.E.A ENTREGADA POR JUAN CORESTEIN 
ESCRITA POR  ELIDA DE SALVY

Vivíamos en Alberdi, un lindo barrio de Rosario. Frente a nuestra casa había una familia con dos hijos, el varoncito tenía un cierto retraso mental.
El padre de Carlitos, tal era el nombre del niño, solía tomar el tranvía en el mismo horario que íbamos a la escuela secundaria.
En varias ocasiones se sentaba a mi lado. Yo ya sabía, que me iba a decir:-ustedes los jóvenes que se preparan para ser maestras tienen que hacer algo para los chicos como Carlitos, el va a primer grado, pero yo sospecho que mi hijo molesta, además se da cuenta que no aprende con la misma facilidad que sus compañeros. A medida que pasen los años, la diferencia va a ser más notoria.
Con el tiempo, yo ya había formado mi familia y por razones de trabajo nos  mudamos a Venado Tuerto. Aquí existía una institución que se llamaba “Círculo de maestros”. El profesor Leonardo Priotti, que era nuestro vecino, me entusiasmo para que me afiliara a esta entidad. Así lo hice. Teníamos una modesta revista que se copiada con mimeógrafo y se repartía entre las escuelas de la localidad.
Un día Leonardo Priotti me pregunto si no tenía algún tema que fuera interesante para exponer. Aquí recordé las angustias del padre de Carlitos y escribí un artículo bajo el título ¿Qué hacemos con el niño con bajo nivel intelectual?
Parece que esta inquietud intereso a la señorita Rosalía _López, fonoaudióloga y docente, quien pidió permiso al Sr. Julio Molina, para que se permita un lugar dentro de “CASA DEL NIÑO” con el objeto de tratar alumnos con dificultades.
Se aprobó esta iniciativa. Dado el escaso espacio que se disponía, se decidió colocar un biombo en la sala de espera, para que la Srta. López pudiera dar sus clases detrás de él. Al principio, eran poquitos chicos los que venían, pero pronto el número se incrementó. Ya no cabían en ese reducido espacio.
Volvió a reunirnos el Presidente, Sr. Molina, nos convoco para decirnos que era prioritario hacer por lo menos un aula, con el propósito de alojar a todos los chicos.
Fue un nuevo desafío para nosotros: cartas, entrevistas, empanadas, festivales, desfiles de modelos, tés, venta de cafés y galletitas en días de corridas en el hipódromo, kermeses, ofertas de comestibles en la Rural. Todo era bueno para juntar unos pesitos.
Luego venían los trámites: Rosita Rosenvaig, viajaba frecuentemente a Mar del Plata, allí había una entidad donde se atendía a niños con discapacidades. Traía programas, procedimientos, inquietudes, etc.
Como yo iba con frecuencia a Rosario, me entrevistaba con un Sr. Rouseau, conocedor de trámites relacionados con escuelas incorporadas.
Varias personas ofrecieron desinteresadamente sus conocimientos y trabajos, entre otros, el Sr. Juan Corestein, el Ing. Roberto Meier y muchas otras personas de Venado Tuerto y zona.
Un agradecimiento enorme se merecen las primeras maestras quienes trabajaron ad- honorem y, que sin ser especializadas, pusieron su amor y entusiasmo en la educación  de la infancia discapacitada. Algo digno de mencionar es que éstas, excelentes educadoras se comunicaban con el DR. Mattera, destacado medico, quien les contestaba por escrito de su puño y letra y les aconsejaba el procedimiento a seguir.
A mediados de 1956, después de muchos años, se realizo un Congreso Docente en la escuela Normal N°2 de Rosario. Otra vez aprovecharon mi viaje, para que asistiera. El señor Juna Uzuriaga y yo, fuimos en representación de esta zona. Ente otras inquietudes llevaba la creación de Escuelas Especiales. A mí, me toco integrar la comisión, ente otras. Con la Sra. Rosa T de Inganinella, esposa de un medico muy querido que fue apresado, junto con otros militares comunistas y luego desaparecidos durante el gobierno de Perón.
Fueron tres días de intenso de trabajo, había muchos temas a tratar y algunos quedaron pendientes.
Entonces, el Sr. Manggiaterra, un inspector muy prestigioso que presidía la Asamblea, dijo que si existía alguna ponencia que no se había tratado e interesaba mucho al docente, se podía quedar después de hora.
Aunque yo tenía mi hijo menor recién nacido que deje con mi madre, me quede. Pasaron muchos temas sin tratar, pero cuando llegó la cuestión de la discapacidad, yo dije que esa inquietud me interesaba. Una directora de Santa Fe y la Sra. De Inganinella me apoyaron.
El tema fue enviado a la legislatura y salió aprobado. No había ninguna escuela de este tipo en Santa Fe. Escuela de Adaptación.
Cuando el Ing. Roberto Meier fue diputado provincial, consiguió la incorporación de esta y otras escuelas que se crearan en el futuro al estado provincial, de este modo, se conseguía también, la redistribución que corresponden diera a los docentes y demás integrantes de la escuela.
Otras personas, docentes, integrantes de la comisión de Casa del Niño, empresarios, comerciantes, personas del pueblo, siguieron bregado para ampliar CA.N.E.A. Y brindar a LA población infantil con capacidades diferentes, una atención mas especificas y completa.

ELIDA DE SALVY

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